Las imágenes son una parte fundamental en nuestras vidas. Gracias a las imágenes podemos plasmar el mundo que tenemos alrededor en otros lugares que están a nuestro alcance a diario: la televisión, el móvil, el ordenador y otros tipos de pantallas, pero también en formatos impresos como revistas, folletos, packaging de productos que consumimos a diario, posters, etc. Las imágenes son, por lo tanto, un elemento imprescindible en el mundo de la comunicación, puesto que tienen una fuerza comunicativa mucho mayor y de forma mucho más directa que otros elementos (como el texto o el sonido).
La importancia de una imagen
Vale más una imagen que mil palabras y esta frase no podría ser más cierta en el mundo de la comunicación y del diseño gráfico, sobre todo. Las imágenes pueden mejorar la comprensión de un texto, acompañar un diseño para darle significado, crear emoción o asociaciones… La imagen significa y transmite de forma independiente incluso, sin la necesidad de un texto que la aclare. En definitiva, la imagen juega un papel fundamental en un proyecto de diseño gráfico. A la hora de llevar a cabo un proyecto gráfico, podemos toparnos con distintos tipos de imagen: fotografías, ilustraciones, dibujos e imágenes gráficas. Un tipo de imagen u otra que escojamos puede dar la vuelta a una composición.
Asociación de imágenes
Las fotografías, por ejemplo, se asocian de manera automática a la documentación y suelen utilizarse para plasmar la realidad. Las ilustraciones, en cambio, son creaciones que te llevan a un mundo irreal, fantasioso, ideal o subjetivo, es decir, no transmiten la documentación o la representación fidedigna de la realidad. Las imágenes también pueden ser gráficas y en este caso representan un concepto de un modo mucho más simplificado. Su uso suele darse, generalmente, para representar o describir una idea. Los iconos y los símbolos también se consideran imágenes y son algo parecido a las imágenes gráficas que representan un concepto, puesto que, generalmente, se utilizan con esa finalidad.
Para crear una composición en la que el texto y la imagen se relacionen y comuniquen de forma conjunta es necesario combinar estos dos elementos comunicativos correctamente. Se trata de darle una finalidad comunicativa a cada elemento, es decir, que cada elemento sirva para comunicar algo en concreto. Un ejemplo de esta composición que comunica en conjunto son los memes, es decir, un texto con una imagen que puede influir en su significado. La organización del texto junto a la imagen puede dirigir el significado en una dirección u otra.
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